miércoles, julio 29, 2009

ya llovio lo que llovio

morder el polvo
sangrar las ganas
golpear la pared
como si de cada golpe dependiera el tiempo
fruncir el ceño
apretar los dientes
no mirar jamás
por encima del hombro
soltar los cabos
dejar las manos caer
nadar contra la corriente
como si mi cuerpo pudiera
resistirlo por siempre
hacer de cuenta que no hay un mundo
pero saber que hay un mundo
y romper un mundo
pero no juntar las piezas
estallar en llanto
sin derramar una sola lagrima
echar por la boca
pajaros
musgo
espuma marina
rasgar la ropa
coserme las heridas
seguir en cada verso
el mismo cadaver exquisito
que empezó cuando me fui
porque no hay soledad que dure cien años
la muerte llega antes.

1 comentario:

tincho dijo...

"hacer de cuenta que no hay un mundo
pero saber que hay un mundo"

Ja, que buena frase. Identifica muchos momentos de mi vida. Sonreir ante todo, claro, mucho gusto, ¡muy agradecido!