viernes, diciembre 25, 2009

incertidumbre

no le temo la noche que se cierne
como buitre sobre un corazón de niño
ni al destino porque sé
que no existe
y no estará allí
para discutir a la muerte
llegado el caso
no le temo a mi propia sangre
aunque quisiera no verme nunca más
sangrando

no le temo a los venenos secretos
a las maldiciones de otras eras
a los colores que no puedo
imaginar siquiera en la oscuridad
tampoco a las palabras
cuyo significado se ha perdido
irremediablemente

no temo no llegar a tiempo
que todos se hayan ido a casa
estoy más que acostumbrado
a la desolación
tampoco al polvo del camino
ni a lo que se esconde detrás
no temo no poder regresar
en verdad a lo único que temo
es al regreso.

martes, diciembre 22, 2009

Sueño de una noche de verano

Yo, parado frente al espejo. Cada fibra de mi cuerpo tensa, expectante, los ojos fijos en el cristal. De repente yo, palpándome la cabeza, apartando mi pelo casi muerto, seco y grasoso. Descubriendo la piel herida, repleta de manchas rosadas. De repente caigo en la cuenta: un desconocido me mira en el espejo. Un ser horrible, encorvado y panzón, con la cabeza casi rapada, cubierto de manchas rosadas y un pelo seco y grasoso. Sus ojos negros clavados en mí: es una mirada llena de asco, algo que mira en mi lo asusta y lo consterna. El extraño sujeto deja entonces de mirarme se rasca la cabeza, se sienta en el piso y llora. Yo me quedo ahí quieto, mirandolo y pienso: solo ahora que me he liberado de él, verdaderamente soy.

identidad

no tan sólo los diplomas
las cartas de felicitación
las fotos
que siempre son felices y recuerdan tiempos mejores
principalmente las sentencias
los oscuros expedientes
los exámenes fallidos
el rechazo
las despedidas

no mayormente lo que cantamos
si no lo que callamos
por temor a la noche
no tanto lo que tenemos
o podríamos haber tenido
primeramente aquello que se nos escurre

no nada más las grandes victorias
las celebraciones populares
los viajes heroícos
en primer lugar los accidentes
los erorres
en fin, no los paisajes que simulan
nuestro feliz destino
no tanto lo que resignamos
antes bien: aquello que nos resigna

martes, diciembre 01, 2009

hastío

cuando lo que queda del jardín
se haya transformado en basurero
chatarra oxidada, cadaveres de rata
cuerpos calcinados
te dejaré este corazón en el suelo
todavía vivo
apenas

cuando toda la música sea grito desesperado
ruido de taladros, de tornos
de telefonos, alarmas
te daré este silencio
que aprendí a preservar
como si fuera
el oro más antigüo

te prometo, amor
el día de en que la ciudad termine
de consumirse entre las llamas
cuando el sol se apague de golpe
y todo quede a oscuras
muerto, irreversiblemente muerto
por si nada te es suficiente:
caminaré sobre la sal y las cenizas
y con mi mano abierta te daré
el último sorbo de agua
la última fruta en el mundo
y mi más sincera sonrisa
de alivio.