martes, mayo 18, 2010

para la libertad

una sed verdadera
un grito profundo
que no pueda pasar desapercibido
una canción, como un mapa
al cabo de cada batalla
no borrar las cicatrices
conservarlas con orgullo
con alegría
son la prueba ineludible
de que no nos han vencido
la grandeza
cada vez que sea la hora indicada
y la sincera humildad
durante el tiempo que reste
-casi siempre, toda la vida-
una certeza, solo una
-nada
ni siquiera lo más eterno de todo
dura para siempre-
los colores que hagan falta
uno, dos, los que sean
para mostrar que seguimos presentes
y eso aunque parezca
no es poca cosa

1 comentario:

Lucas Fulgi dijo...

No es poca cosa, no. Como siempre, paso a dejarte mi sincero reconocimiento por estas manchas de color que vas compartiendo.