jueves, febrero 16, 2006

"De vida O Muerte" (Parte I)

Ey! De nuevo en Buenos Aires, de nuevo y listo para volver a la acción. Si se fijan "Hoy no tengo mas que esa verdad" fue reeditada, mientras estuve afuera la cambie toda y ahora esta mucho mejor tanto a nivel musical como letristico

Por otra parte, hay un par de cosas mas en las que estuve trabajando, pero que todavia no tuve el tiempo suficiente de transcribir y pulir, asi que los dejo con un cuento(largo, el mas largo que haya escrito) que posiblemente se transforme en el guion de un corto que vamos a realizar con mi amigo Maxi , digo algun dia porque se que lo vamos a hacer pero bueno, todavia no se cuando. No me presiono, empieza una etapa nueva, muchos proyectos, espero que no se me caigan demasiados en el camino. Un abrazo

PD: Es tan largo que tuve que dividirlo en dos partes... disfruten la primera y la segunda dentro de un par de posts :)

"De Vida O Muerte"

Parte 1



Apretaba los puños contra la mesa, Parpadeaba intermitentemente, Movía hacia un lado y luego hacia el otro su nariz, y por si todo esto no alcanzara hacer evidente su nerviosismo, cada tanto se permitía ojear ansiosamente su reloj, aunque solo para darse cuenta de que este inexplicablemente, parecía haber enloquecido; las agujas daban vueltas y vueltas alocadamente y luego en sentido contrario, impulsadas por una fuerza poderosa, o por lo menos mas poderosa que los pequeños engranajes. Giro su vista todo alrededor del sitio donde se encontraba, incómodamente sentado sobre una silla de latón con un insulso almohadón de plástico y goma espuma completamente lacerado. El antro no dejaba duda alguna de que había conocido tiempos mejores. Unas pocas mesas redondas con manteles deshilachados se desparramaban desprolijamente por todo el salón. Recortes de diario, banderines de fútbol y fotografías en blanco y negro que traían a la memoria épocas de una gloria lejana intentaban en vano disimular las Grietas y manchas en la cerámica verde tiza y la madera vieja y húmeda de los zocalos. Desde una pequeña televisión enmudecida, podía observarse a un espectral y austero conductor de noticiario transmitiendo noticias de los más diversos tiempos y lugares. Algunas Noticias databan de décadas enterradas bajo añares de olvido, otras provenían, de su presente cotidiano, y algunas otras como imágenes y voces vagas, victimas de la interferencia de la incertidumbre y la improbabilidad, todavía siquiera habían sucedido y provenían de futuros tan diversos, que se mezclaban y se confundían en una voragine de ruido blanco e interferencia. La ultima noticia a la que presto un mínimo de atención antes de desviar la mirada del aparato, hablaba de un joven y un accidente de moto, en la Avenida Cabildo hacia solo unas horas. Sintió un poco remordimiento al reconocer que el tampoco venia usando casco en la prisa de sus últimos viajes, pero se le pasó rápido.
En el fondo, unos viejos con rostro esquelético y aburrido y ojos cansados con grandes bolsones ojerosos jugaban al villar con una pequeña radio a su lado que vociferaba histérica aquella vieja y tan querida prosa a esas altura universal de Gardel que tanto le gustaba, esa en la que el zorzal de los cien barrios juraba mataría por amor a una mujer, por amor al azar, y luego era esa voz tan mágica y reconocible, el sonido pegaba un salto en el tiempo y entonces se oía a John Lennon que susurraba románticamente al oído de ninguna mujer “Solo deseo tomarte la mano”. Y entonces el chillón artefacto repentinamente comenzó a vociferar una música extraña que el cerebro procesaba directamente, sin filtros, con acordes tan cotidianos como el ruido de los autos o el tic tac del reloj. Luego, incomprensibles y también punzantes sonidos, de una naturaleza que escapa a los limites de la musicalidad, como si el dolor fisico mas augo se pudiera expresar sin sutilezas como una música audible, en tonalidades precisas y disonantes que construían una singular armonía desafinada que penetraba la mente y hacia doler el alma.
Era imposible darse cuenta si era el desagradable humo de los cigarrillos de aquellos viejos el que enviciaba el aire del lugar, o si el poco aire que lograba filtrarse a través de la rustica ventilación era el intruso en ese ambiente neblinoso de alquitrán y nicotina.
Como una isla que flota por siempre, era este pequeño bar en el que se encontraba aquel hombre, sin tener la menor de idea de a quien o que aguardaba, desde cuando o hasta cuando. Simplemente, sabia que debía sentarse allí y aguardar, como guiado por un instinto sobrenatural, inconciente.
De repente, cuando comenzaba a impacientarse más de la cuenta, hizo su aparición la figura de un hombre. Alto, delgado, de piel pálida como el cielo nublado, de un blanco tal que daba la sensación de que ni una gota de sangre corría por sus venas. Pulcramente peinado hacia atrás con gomina, vestía un traje negro, camisa blanca y corbata de lazo. Llevaba consigo un maletín y tenía una desagradable cicatriz que era imposible no observar: La mitad de la cara absolutamente despellejada, como una horrible identificación de quien era, o que era. Lo saludo con un fuerte estrechon la mano, pidió un vaso de ginebra y se sentó enfrente suyo.

- Buenas noches – Su voz tenia un aire de profundidad y misterio
- ¿Ya es de noche? - Respondió sorprendido
- De noche, de día que importancia tiene lo importante es que estamos aquí, sabes, este ha de ser nuestro primer encuentro
- Si ,definitivamente, esta es la primera vez que lo he visto en mi vida
- Y no desearás que sea la ultima
- ¿A que se refiere?
- ¿Acaso no te diste cuenta aun? ¿Tan fuerte es tu corazón o tan débil se esta volviendo mi presencia?
- No, no comprendo nada realmente – Miro con preocupación a su alrededor, tomo aire y elevando su tono de voz dijo - ¿Por qué estoy aquí? , ¿Por qué de repente me siento como si hubiera despertado sentado con un café frío delante mió, sin saber a quien aguardo en este bar? Y aun más importante ¿Quién es usted?
- ¿Qué quien soy yo? Esa es una pregunta tan simple y a la vez tan compleja bueno, realmente no tengo un nombre, o mejor dicho, en realidad lo tengo pero tus labios no serian capaces de pronunciarlo, y tu mente, limitada y frágil
- Insisto, ¿Quien carajo es usted?
- Vamos che, mirame la cara, senti, senti, esforzate un poco. Estoy más que seguro que no necesito darte explicaciones.
Tenía razón, sabía perfectamente quien era, sabia que no necesitaba mucha presentación, ya que todo su cuerpo paralizado le advertía inequívocamente su electrizante presencia.
- ¿Qué quiere? - Pregunto con lagrimas en los ojos - ¿Que me llegó la hora?
- ¡No, por dios no! – Dijo y se quito el abrigo con un elegante ademán- De ser así, no estaría perdiendo mi tiempo aquí conversando con vos, te hubiera cosechado ya sin vacilar, no hay tiempo que perder no señor. - Hizo una pausa para darle un largo sorbo a su ginebra - No vos todavía tenés una oportunidad . La razon por la que nos hemos reunido y que seguramente desearas conocer te sonara extraña pero es de lo mas normal, un procedimiento de rutina. A partir de este momento y hasta que yo lo decida, tenés la oportunidad de intentar convencerme, de que yo te deje despertar
- ¿Que? - Inquirió entre risitas el hombre - ¿Como ha dicho?
- Así como lo oís- Dijo e hizo una pausa cuando el mesero de bigote cano con un fuerte tufo a nicotina trajera el vaso con la ginebra que bebió de un sorbo, como si fuese agua- Veras, vos te encontrás aquí fuera de los margenes del tiempo y el espacio. Todavía estás, pero entre líneas. Esta a un paso de extinguirte, pero no lo has hecho todavía
- Usted debe de estar completamente loco
- ¿De verdad? ¿Sabés? Yo que vos seria mas modesto che. Los pronósticos luego del accidente no han sido del todo buenos, te diste un buen porrazo, la proxima deberias usar casco
Con los ojos encendidos de miedo, se toco la nuca, para descubrir aterrado al observarse la palma como un líquido viscoso humedecía las yemas de sus dedos...

(Continuara...)

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